Fueron los sumerios, al sur de Mesopotamia en el actual Iraq, los primeros en pasar de la prehistoria a la historia al desarrollar un sistema de escritura pictográfico sobre pequeñas placas de barro, en el que inventaron pictogramas para representar bienes e incluso unidades de tiempo empleado en el trabajo, haciéndose su número y tipos cada vez más complejos según avanzaba su civilización. Un fenómeno similar ocurrió en Egipto, donde se desarrolló la escritura jeroglífica, que en un principio era un tipo de escritura sagrada que se grababa sobre los templos y las tumbas y en la que se representaba a los dioses.
Los pictogramas se siguen utilizando hoy en día como señales o instrucciones. A causa de su naturaleza gráfica y el estilo bastante realista se usan ampliamente, por ejemplo para indicar señale de tránsito y otras más.