Uno de los problemas inherentes a las comunicaciones móviles actuales es la fragmentación. Hoy en día conviven multitud de estándares incompatibles entre sí y, de hecho, es una de las razones por las que no te vale con cualquier móvil para hablar en países como Estados Unidos: el receptor de radio del móvil ha de soportar múltiples redes y bandar para poder realizar las diferentes conexiones necesarias.
Con la quinta generación se resuelve este problema proporcionando un estándar unificado para todos los países. El problema, como siempre, está en el espectro electromagnético. El rango de frecuencia al que suelen operar los estándares actuales abarca las bandas situadas entre los 7000 Mhz y 2.6 GHz. Dichas bandas están bastante saturadas en todos los países, por lo que encontrar una banda disponible en todo el mundo es una tarea complicada: habría que organizar un esfuerzo político global para liberar estas licencias, aumentando los tiempo de desarrollo, costes y fuerzas implicadas. A fin de cuentas, a nadia le gustaría volver a tener que resintonziar el TDT.